26.2.11

HMC LXII

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Él porta una garrafa de vino llena. Ella porta una garrafa vacía. Él la observa y le dice que la bodega ya cerró. Se ofrece a compartir su vino y le llena su garrafa con la mitad del contenido de la suya. Ella se lo agradece, y trata por todos los medios de convencer al hombre de que su garrafa sigue estando medio llena.

24.2.11

HMC LXI

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Ella se sobresalta tras descubrir los tres ojos del hombre, sus seis bocas y sus dos narices. Él comienza a gritar despavoridamente con sus seis bocas tras comprobar que la mujer comienza a huir con sus cinco piernas, vigilándole con el ojo en su nuca.

23.2.11

HMC LX

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Por la apariencia y por la edad, ella podría ser su madre. De hecho, lo es, aunque ninguno de los dos lo sabe.

21.2.11

HMC LIX

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Ella se ofrece para leerle en su mano la buenaventura. Él sonríe compasivo y acepta de buena gana. Ella le dice que aunque estará en paro durante bastante tiempo, acabará finalmente por encontrar un empleo relacionado con las leyes y el derecho. Él le entrega unas monedas y le da las gracias y, por fin, decide que sí, que ya es hora de poner en marcha el plan del Juicio Final.

18.2.11

HMC LVIII

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. El vapor de una rejilla del metro levanta la falda de la mujer. Ella, avergonzada, trata de bajarse la falda. El hombre sonríe irónicamente, y piensa que ni Marilyn lo hubiera hecho mejor.

16.2.11

HMC LVII

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Ella va acompañada de un pastor alemán. El perro comienza a ladrar al hombre y, furioso de rabia, acaba por morderle en un brazo. Mientras la mujer trata de disculparse, el hombre comienza a ladrarle insultos, se pone a cuatro patas. La mujer le pasa una correa por el cuello y prosigue el camino, acompañada ahora de ambos cánidos.

13.2.11

HMC LVI

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. El hombre la reconoce. Ella comienza a levitar, le hace un gesto celestial. El hombre se maravilla ante la escena y comprueba que en su muñón del brazo derecho aparece ahora una perfecta mano. Pasado el tiempo, en la calle se instala un santuario.

4.2.11

HMC LV

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Comienza a llover a cántaros. No llevan paraguas y cada uno decide protegerse bajo sendos zaguanes de aceras opuestas. Se observan a lo lejos. Se sonríen. Deja de llover. Salen de sus respectivos zaguanes y se aproximan el uno al otro. Comienza a llover de nuevo. Regresan a sus zaguanes.

2.2.11

HMC LIV

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. El hombre la mira y la desnuda con sus ojos. La mujer, indignada, le mira y le desnuda con sus manos.