2.10.11

HMC C

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. No es la primera vez que lo hacen, y ambos lo saben. De hecho, puede que lleven años cruzándose en esa misma calle, cada día, a la misma hora. Pero jamás se han preguntado la razón de tal hecho casual, ni siquiera se han atrevido a dirigirse la palabra, y el secreto seguirá permaneciendo durante años venideros, cuando sigan cruzándose en esa calle, cada día, a la misma hora.