14.8.11

HMC XCII

Un hombre y una mujer se cruzan en la calle. Se cruzan la mirada. Se cruzan de brazos. Se cruzan unas palabras. Se cruzan la cara.

1 comentario:

fduenasgarcia dijo...

Tantas formas de cruzarnos unos con otros en todas parte, pero tampocas de comprendernos, de interesarnos por lo que les interesa a los demás, y aún menos formas de amarnos. Somos como islas a la deriva en mares de ambición, de temor, y siempre con nuestro particular rumbo, el cual casi nunca contempla el rumbo ajeno. Queremos ser libres, necesitamos desarrollar todos nuestros potenciales, pero necesitamos sentirnos amados, sin embargo, para ser amados los demás nos exigen precios que no queremos pagar, que no sabemos, y que no es bueno que paguemos. Libertad y soledad, siempre en tensión, siempre a la búsqueda de que los demás nos amen por lo que somos y no por lo que les damos. Desconfiados, doloridos, islas a la deriva por mares de fría incomprensión.
Paco Dueñas